miércoles, 26 de mayo de 2010

Rayuela 76,1,2,116,3,84,4 y 71

Como fue prometido, inciaré el estudio de una de las grandes obras de toda la literatura, para mi gusto, la mejor. Se trata de Rayuela de Julio Cortázar. Hablar de Julio Cortázar es hablar de un genio en la literatura, es hablar de Morelli, es hablar de un hombre que se justifica por si mismo, cuya literatura encierra una interminable ensalada de ideas, y propuestas, y premisas. Es por esto que trataré de hacer un análisis digno del autor en cuestión, a pesar de que apenas es la segunda leída que le doy a la novela.

Empiezo por el capítulo 73, el cual me parece una manera excelsa de iniciar esta obra. Sí, pero quién nos curará del fuego sordo, del fuego sin color que corre al anochecer por la rue de Huchette, saliendo de los portales carcomidos, de los parvos zaguanes, del fuego sin imagen... una manera de iniciar el libro donde habla de un fuego falto de sonido, color e imagen, aquel que ardé hasta calcinar y que es, en realidad, la misma obra. Después, trata sobre la literatura, y las dicotomías, para terminar resumiendo en la lucha entre la Gran Costumbre y la Gran Tura, donde en medio hay un Gran Tornillo, y el Yin, y el Yang, y Morelli, y la Maga, y el Club, y Montevideo, y Paris, y Buenos Aires, y todo lo demás.

En resumen, Cortázar nos acerca a lo que será este maravilloso viaje a través de una de las mejores novelas de la historia. Durante los siguientes dos capítulos, el 1 y el 2, nuestro autor nos introduce con Oliveira, Lucía, Etiene, Ossip, Ronald, Babs y el resto de los personajes que a poco irán apareciendo en toda la trama de la novela. En el capítulo que sigue, el 116, llega el que es, quizá uno de los personajes más importantes: Morelli, quien nos introduce uno de los primeros conceptos importantes: Es un error postular un tiempo histórico absoluto. Creo necesario hacer una nueva pausa aquí para recalcar este punto, donde hay que estar totalmente alerta en los capítulos de la secuencia acerca de esta violación deliberada a la naturaleza narrativa tradicional, pues el tiempo se vuelve una serie de fotos sobre un filme.

Los siguientes capítulos, 3, 84, 4 y 71 se dedica a iniciarnos en lo que es el Club de la Serpiente, los involucrados, algunos temas tratados con superficialidad y sirve de preparación para toda la maravillosa narrativa que se vendrá desenvolviendo a lo largo de la obra.

Creo necesario que, a partir del capítulo 5, haga yo una nueva entrada, pues la novela da un giro que es necesario separar de la introducción al libro. Para la siguiente entrada, incuiré los capítulos 5, 81, 74, 6, 7, 8, 93 y 68, en el orden mencionado. Para todos aquellos que quieran acompañarme en la aventura de leer esta magnífica obra de arte, los invito a que logren llegar hasta ese capítulo para el próximo Miércoles 2 de Junio.

A propósito de la entrada que acaban de leer, cualquier duda, comentario o sugerencia serán bienvenidos con el propósito de complementar y mejorar este espacio.

Sin más que decir, me despido con esta cita: Cuántas veces me pregunto si esto no es más que escritura, en un tiempo en que corremos al engaño entre ecuaciones infalibles y máquinas de conformismos.

Joetich

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