Kibbutz del Arte
Un espacio que propone romper las barreras entre la realidad, el sueño y una taza de café
lunes, 24 de marzo de 2014
Wicked
Spring Awakening
domingo, 20 de febrero de 2011
Diez pianos Extravaganza
El repertorio estuvo integrado tanto por piezas clásicas como contemporáneas. Algunos críticos no estarán de acuerdo con los arreglos del espectáculo. Yo, en lo personal, creí escuchar varios errores en las primeras piezas, pero conforme avanzó el programa, entendí que las notas extrañas a la armonía son precisamente ese toque mágico del show.
Las piezas se dedican a envolver, a tratar de enrolar desde muchos puntos de ataque al espectador. El abuso de tantos pianos al mismo tiempo es, en muy contados pasajes, empalagoso, pero en la mayoría del concierto se disfruta. El arreglista ha dado libertad al instrumentista, y lo sorprendente es escuchar a tantos pianistas (quienes tienen una mala fama estereotipada de querer ser únicos en cuanto a carga melódica) en una misma sintonía, con una misma idea y expresándola uniformemente, sin perder la individualidad y el toque particular de cada expositor.
Repito, en contados pasajes resulta empalagante tantas notas extrañas al acorde; si nos ponemos exigentes, después de nueve años de gira esos pasajes ya deberían de haber sido erradicados pero, ¿qué es el arte sino la perfección dentro de la imperfección? "Diez pianos Extravagnza" es la perfecta muestra de la armonía dentro de las disonancias, de la interpretación sobre la técnica. Cabe aclarar que no estoy diciendo que los intérpretes hayan mostrado una técnica deficiente, por el contrario, me sorprendió la técnica de varios de ellos, pero la interpretación fue lo que le dio vida a la Música. La libertad se expresó en soltura, la soltura en esos coqueteos fugaces entre intérpretes que llevó al enamoramiento de las melodías y el nacimiento de una Música de alta calidad.
Si hay una palabra para describir la función es precisamente extravaganza. Lo que ustedes podrán encontrar ahí es eso, extravaganza en casi todos los sentidos y puntos de vista. La cuestión de la aprobación o desaprobación vendrá dada por su afinidad a este particular concepto de extravaganza. Desde mi punto de vista, totalmente recomendable. El show seguirá presentándose la próxima semana en el Poliforum Sirqueiros viernes y sábado. Ojalá puedan asistir.
martes, 18 de enero de 2011
Manifiesto Paradojista
Solo viviendo absurdamente se podría romper
Alguna vez este absurdo infinito
Julio Cortázar (1963) “Rayuela”
Paradojismo, movimiento que evidencia lo paradójico, lo, hasta cierto punto, incoherente, esos elementos que pese a su aparente falta de lógica, “están ahí”. El Paradojismo busca dar la relevancia merecida a los elementos circundantes y evitados, si se gusta el término. La corriente nace de la necesidad del artista por construir un discurso estructurado, con ideas tan claras que permiten establecer un diálogo con su público. A manera de rebelión, si Usted lo gusta así, el paradojista busca siempre mostrar esas paradojas. Mostrar, mas no demostrar. Al público en general, se le pide no buscar lógica a la obra paradojista, creyendo firmemente que el valor de nuestros trabajos descansa en el sentido.
La obra paradojista es ilógica, mas no sinsentidista. El discurso surge con una estructura definida y flexible, donde lo más importante es el diálogo que pueda crear con el público. El paradojista no busca la aprobación, sino el informar. Es una especie de gaceta por medio de la cual expresa sus ideas, su discurso como sería apropiado llamar.
Lo implícito en la obra paradojista es de carácter universal en cuanto al fondo, pero muy personal en cuanto a la forma. El autor se vale de experiencias muy particulares para expresar una o varias ideas universales. En consecuencia, la obra también es cotidiana y constante. El paradojista creé en la necesidad y responsabilidad de estar atento a los posibles destellos de arte a su alrededor y hace uso de lo necesario para plasmar esos destellos. Aquí es donde el círculo se cierra, pues esos elementos son los circundantes y evitados, los cuales ahora obtienen la relevancia merecida.
El movimiento aquí presentado se irá imperfeccionando hasta alcanzar la madurez necesaria, como es inevitable, a través de la experiencia.
Desde mi mundo… y también tu mundo.
Joetich Lesai Fanh
sábado, 14 de agosto de 2010
Rayuela: Capítulo 15
Take it easy: soberbia forma de pasar, sumido en alcohol y humo, a un transitar un tanto despreocupado, esas pinceladas románticas y barrocas del Club. Y después casi como por arte de magia, Oliveira da una pincelada del arte, un tanto como adivino del futuro, para pasar a referirse de lo artístico y filosófico al conversar (irrelevante) entre la Maga y Gregovorius. Cortázar habla ya desde ese entonces lo que un movimiento artístico reciente ha intentado promulgar: el Irrelevantiso. Me permito hacer una pausa aquí con el ejemplo de las tijeras para uñas: quizá resulta carente de sentido este cuerpo, un tanto más el hecho (i)lógico de que sea un objeto cotidiano desde 1675, y sin embargo, no por eso es despreciable; todo lo contrario, expresa y evidencia una relación (i)lógica entre la Maga y las tijeras para uñas, pero desde que la relación se vuelve posible (gracias al efecto de las transgreciones literarias de Cortázar), es parte de ese conjunto de hechos wittgenstianos que conforman al mundo; entonces, el irrelevante yace en el mundo, está paradójicamente dentro y fuera del mundo, si analizamos la propuesta wittgenstiana, pues desde el momento en el cual se aterriza al pragmatismo lingüístico a la Maga, Gregovorius y las tijeras para uñas, se vuelve algo descriptible y real, aunque sea total y absolutamente carente de sentido la relación entre los objetos (sí, la Maga y Gregovorius son objetos tanto desde el punto de vista cortaziano como desde el punto de vista que concierne a este artículo), imposible de representarse en un estado y por consecuencia fuera del hecho wittgenstiano. El irrelevantismo se basa en una paradoja, que va desde lo antes descrito hasta el hecho simplista de que el movimiento adquiere importancia a pesar de su irrelevantismo. En fin, Cortázar utiliza este juego transgresor a lo largo de sus obras, con ese pasatiempo que parece sinsentidista pero cuyo (tras)fondo resulta en una (ir)relevancia majestuosa.
Por último, Cortázar nos hace transitar por un mar de letras que son intercambiadas entre la Maga, Oliveira y Gregovorius, acerca de la infancia de Lucía en Montevideo. En esta última parada, vale la pena resaltar dos aspectos fundamentales, no sólo para el contenido de fondo, sino también parte de la justificación de forma.
En primer lugar, Cortázar nos habla de una paradoja más, una paradoja que se convierte en tal a partir del accionar de la audacia literaria de Rayuela. La relación espacio tiempo, la cual había profesado ser lineal durante muchísimo tiempo, ha pasado a ser una dimensión tan cambiante y maleable como el ser lo quiera. Y Montevideo es el volumen, dice la Maga y tiene completa razón. El pasado, el presente y el futuro se entremezclan en una sopa (si se me permite la expresión) fría y desabrida, pero cuyas consecuencias son de una gran importancia. El hecho de que se pueda jugar con los tiempos reinventa la percepción lógica y conceptual del mundo, dándonos material para analizar, para escarbar y para debatir. Einstein estaría un tanto feliz con literatura como está, donde el arte y la ciencia conviven de una manera natural y uniforme, un tanto parecido a un equilibrio bastante cercano a lo perfecto. A mí todo lo que me ha sucedido me ha sucedido ayer. Nueva premisa de la Maga, quien nos invita a homegenizar al pasado como un sólo tiempo, y no por escalas. El ser humano es un ser atemporal que existe a pesar del tiempo, y Cortázar imprime esto con sus (des)ordenes temporales, parte de esta forma muy particular de la novela.
La última idea sobre la cual quisiera rescatar, se encuentra en las últimas tres frases del capítulo, las cuales me permito citar:
-Contáselo con todos los detalles-dijo Oliveira.
-Oh, una idea general es bastante-dijo Gregovorius.
-No hay ideas generales-dijo Oliveira.
Locke afirma, en su segundo y tercer libro del Ensayo sobre el entendimiento humano, que las ideas son concebidas por cada individuo como ente única, a través de experiencias, y son elementos necesarios para la comunicación; sin embargo, hace una distinción particular pertinente al tema de estudio. Presenta tanto ideas generales como particulares, las cuales se derivan del hecho de las dos naturalezas (particular y general) de las palabras, las cuales se clasifican en términos generales y nombres particulares. Los nombres particulares son tan abundantes como las cosas existentes, por lo cual es necesario de términos generales para crear ideas generales basadas en abstraer el particular de tiempo, espacio y cualquier característica propia del indivudualismo. Entonces luego, las ideas generales existen siempre y cuando no se particularize sobre ellas; es decir, se puede obtener una idea general acerca de la infancia en Montevideo, pero jamás se podra obtener una idea general sobre la infancia de la Maga en Montevideo, así como se puede tener una idea particular (la cual, por su naturaleza, necesita de tiempo, espacio y demás detalles) sobre la infancia de la Maga en Montevideo, mas nunca se tendrá una idea particular sobre la infancia en Montevideo. Pequeña lección sobre el conocimiento humano y sus límites impartida con magistralidad por Cortázar a través de una simple frase de Oliveira.
En fin, se podría hablar de otros temas abordados en mayor o menor magnitud dentro del capítulo 15, pero esta publicación se limitará sólo a los puntos ya mencionados. Como en todas las entradas, cualquier comentario, duda o sugerencia con el fin de mejorar este espacio, será bienvenida. Por último, como un pequeño dato informativo, el siguiente artículo tomará en cuenta los capítulos 120, 16 y 137. Me permito despedirme con una frase soberbia de este capítulo, que dice así: ¿Qué necesidad, decime, de pegarles a las viejas en el coco con nuestra puritana adolescencia de cretinos mierdosos?
Joetich
miércoles, 7 de julio de 2010
Rayuela: Capítulos 115,14,114,117
El primer capítulo en cuestión, el 115, trae una Morelliana(nota de Morelli, personaje que no describiré en esta entrada, sino en entradas posteriores). Aquí, se comenta un detalle muy particular sobre el arte contemporáneo, que se mueve hacia la mal llamada abstracción. Para esto, podríamos referir muchos ejemplos en varios ámbitos artísticos, como Schöenberg o Stockhausen en la Música, Kandinsky en la pintura, Ende o, por qué no, el mismo Cortazar en la literatura. Pero no es que el artista esté renunciando a la narrativa, la melodía o la anécdota, según sea el caso, por el contrario, la aborda desde un punto de vista diferente para que, como diría el mismo Cortazar, la vida de los personajes deje de estar sumida en el destino y sea llevada más por el azar, por esas atribuciones hipotéticas que convierten a los personajes en personas y hacen de la novela contemporánea mucho más complicada en cuanto a forma, pero igual de rica y, en algunos casos, como éste, hasta mas abundante en cuanto a fondo. Cortazar utilizará, en toda la novela, pequeños discursos, notas, recortes de periódico, entre otras, para ejemplificar, proponer y, en algunos casos, justificar su obra.
En el capítulo 14, la obra nos reinstala en una (o la, es difícil decidir el artículo, pues para algunos será "una" y para otros será "la") reunión del Club. Los miembros del mismo ya llevan algo de tiempo en sesión, pero nace una conversación interesante entre Wong y Oliveira, cuando éste último le enseña una serie de ocho fotos sobre una tortura en China, por allá de los años 20's. Aunque uno pueda pensar que el capítulo 115 y 14 no tienen nada en común, se puede distinguir el hilo conductor, hilo visible al buen ojo pero con la suficiente fragilidad como para romperse y crear otra realidad dentro del orden de la novela: Wong le explica a Oliveira que su libro no es sobre tortura, sino sobre una concepción diferente de arte, otra concepción diferente a la Morelliana del 115, pero que mantiene el paradigma general. La descripción de las fotos resulta pobre, pero es el tema y no el objeto lo que nos concierne. También quiero hacer notar la canción del final, pues es posible que pueda proveernos pistas sobre algunos detalles ocultos: See, see rider es una expresión que, en jazz, se usa como sinónima de easy rider, expresión que a su vez es un sinónimo de prostituta.
El capítulo 114 es una espléndida sátira de su similar 14. Mientras el 14 describe una horrible tortura en la primitiva China de 1920, el 114 describe el cumplimiento de la ley en la potencia de Estados Unidos de los 50's. Se hace necesario hablar tabién del capítulo 117, donde se habla de la condenación a muerte de varios niños. Dos temas se desprenden de estos dos capítulos:
*El primero se refiere al hecho de condenar a muerte, donde se puede observar a un Cortazar que, para algunos, peca de moralista: ¿Por qué si la sentencia ocurre en China, es considerada como algo primitivo, algo salvaje o algo inhumano, mientras que si la condena ocurre en EUA o cualquier otro país del civilizado Occidente, es simplemente el cumplimiento de la ley? Pareciera ser una crítica muy dura para los países que permiten la pena de muerte, pues es necesario poner la vida como el valor humano por excelencia, pues si no hay vida, ¿qué otros valores o acciones o situaciones podrá priorizar un ser humano estando muerto?
*El segundo punto se refiere al proceso judicial. En el capítulo 114, mencona que el recurso de apelación no procedió mientras que el 117 habla sobre el jurado y la decisión sobre condenar a muerte de acuerdo a las facultades de los acusados. Estos detalles, por insignificantes que parezcan, nos hacen reflexionar ¿Qué tan efectivos son nuestros sistemas judiciales? Y con sistemas judiciales me refiero, no sólo a los procesos como tal, sino a los jueces, la selección de casos, el proceder de la policía, la asignación de condenas, etcétera. Solamente es algo para pensar, un dato que me gustaría que todos tuvieran en mente.
Nuevamente, cualquie duda, sugerencia o debate que quieran hacer, estoy abierto a recibir sus opiniones. Para la próxima entrada se abarcarán los capítulos del 15 al 137. Me despido dejándoles esta maravillosa cita: ...la mal llamada abstracción. "La música pierde melodía, la pintura pierde anécdota, la novela pierde descripción"...
jueves, 10 de junio de 2010
Rayuela: Capítulos 12,106,13
El siguiente tema dentro de este mismo capítulo son los intercesores. Aquí nos plantea una interrogante que, creo vale la pena ser cuidadoso en ella. Aquí es por medio de la Música que conocemos otras realidades, que viajamos hacia otro lugares y otro tiempos, otras realidades que pueden ser meras ilusiones, pero toda la ilusión es una realidad, y toda la ilusión puede mover más que una verdad, aunque sea algo no real. Y es que la verdad es una utopía inalcanzable, mientras que lo que nosotros pasamos por realidad y verdad son meras ilusiones. Y todas esas ilusiones son eslabones de una cadena inexistente, la cadena vertiginosa hacia atrás hacia un mono mirándose en el agua el primer día del mundo. Son los intercesores son una irrealidad monstrándonos otra, un acceso a un plano, a una zona inimaginable que hubiera sido inútil pensar, porque todo pensamiento lo destruiría... Y nuevamente viene esa gran contradicción del hombre, que intenta explicar todo bajo su lógica, sin llegar a entener que cada cosa tiene su lógica propia, y que a Dios no es posible entenderlo mediante ecuaciones, así como a las leyes físicas no es posible entenderlas mediante amor, y la lista de ejemplos sería completamente interminable, pero no me gustaría ahondar mucho ahí, pues me estaría desviando del tema, solamente es algo para pensar.
El capítulo 106, por su parte, es una de las alusiones a lo que probablemente eran de las piezas favoritas de Cortázar: dos canciones de jazz (obviamente, sin hacer énfasis en los subgéneros). Lamentablemente, no pude conseguir la música de estas dos piezas para poderlas comentar.
Por último, el capítulo 13 es una reflexión vaga sobre el jazz, ensayo nuevo para convertir la música en palabras de una manera increíblemente agradable, entre vodka (porque siempre hay vodka) y humo. Aquí, justo al final, Oliveira hace mención de Traveler, personaje de gran importancia en capítulos posteriores y que, junto con Gregorovius y Oliveira, forman un espejo en el espejo bastante interesante.
Nuevamente invito que cualquier duda, comentario o debate que gusten establecer, estoy abierto a escuchar cualquier opinión, con el único propósito de mejorar esta aventura dentro de la novela cortaziana. Me despido esperando publicar cuanto antes la quinta entrada.
Joetich