viernes, 16 de abril de 2010

Sobre palabras y sonidos

Lamento en gran manera no haber escrito las entradas prometidas, pero nuevamente surge un tema del cual no he tratado antes y ahora abordaré. La música es, para muchos, el lenguaje universal. No importa de donde provengamos, o cual sea nuestro trasfondo cultural, a través de ella se pueden entender muchas ideas y sentimientos propios de la naturaleza humana. También se define como el único arte que puede ser entendido y apreciado en toda su magnitud sin tener muchas de las bases teóricas que si son necesarias al momento de la creación musical, ya sea como compositor o como intérprete.

Pese a esto, creo necesario abrir un debate sobre algunas obras, donde se puedan proporcionar algunos datos que el público no académico pueda haber pasado por alto. La obra que reseñaremos hoy fue la interpretada por la Orquesta Sinfónica del Estado de México el Viernes 16 de Abril, Obertura "La Forza del Destino" de Giuseppe Verdi. La Orquesta, en esta ocasión, estuvo bajo la dirección del italiano Maurizio Colasanti. Este gran director tiene en su curriculum algunas de las orquestas más representativas, no sólo de su natal Italia, sino de varias partes de Europa y América. Con sólo 44 años, ya es un reconocido director especializado en repertorio del periodo romántico hasta el contemporáneo. "La Forza del Destino" es una de las oberturas más famosas de Verdi. Comienza con golpeteos de los alientos con un poco de fuerza, para pasar a unos violines con unos legatos increíblemente bien desarrollados, que permiten iniciar con el misticismo que envolverá esta obra. Al poco, nuestras flautas, clarinetes y oboes se encargan de relajar un poco el ambiente que se había generado, mientras nuestras cuerdas los acompañan con pizzicatos para pasar a una mezcla deliciosa y tranquila entre el clarinete y el arpa. Después de este pasaje reconfortante, las trompetas, trombonoes y tubas regresan, dándole fuerza y énfasis a la pieza de Verdi, y pasado no mucho tiempo, los violines se suman y son los encargados de fortalezer esta música electrizante. El siguiente pasaje nos presenta un destino más majestuoso, en el cual, las secciones de cuerdas se encargan de llevar el manejo melódico de la fuerza sonora a la solemnidad. Una vez terminado el pasaje, la orquesta nos trasnporta a un escenario más violento, donde las notas confluyen en golpes sonoros de una violencia única pero exquisita, en la que permanecen un momento para llegar a un pequeño pasaje ligeramente más alegre, pero donde el tiempo aparenta languidecer ante semejante contraste de matices. Todo un genio musical. Y para coronar tan maravilloso trabajo, estos efectos comienzan a evolucionar, como una curva creciente, hacia un "finale" lleno de vigor, fuerza, entereza y seguridad, terminando en notas con calderón, que al movimiento de la mano de Colasanti, callaron para dar paso a la merecida ovación del público asistente.

Creo que esta obra es todo un desafio por lo que implica la interpretación de Verdi, además del peso que implica representar semejante tema metafísico a través de la Música. El destino como algo violento, como algo mágico, como algo desconocido, como algo alegre, como algo majestuoso y, finalmente, como algo que inevitablemente llegará a su fin. La interpretación de la orquesta pareció bastante agradable, logrando combinar los matices y fraseos de una forma bastante atinada. Para aquellos que no conozcan la obra y no hayan tenido la oportunidad de asistir al concierto, dejó aquí el siguiente link con una interpretación de la misma obra: http://www.youtube.com/watch?v=3gCCL7raR34

Como ya es costumbre, cualquier duda, comentario o sugerencia que tengan serán bienvenidas y tomadas en cuenta. Por lo pronto, la siguiente reseña de Música será sobre la Sinfonía No. 1 de Sergio Réndine, otro italiano, cuyo trabajo fue interpretado essa misma noche bajo la dirección de Colasanti.

Esperando crezca cada vez más el número de lectores, las ideas de las palabras, y el alma de los sonidos...

Joetich

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