lunes, 7 de junio de 2010

Rayuela: Capítulos 9,104,10,65,11,136

Aquí está el Tercer Número del Análisis de Rayuela. En esta ocasión, empezaremos por el capítulo nueve. Aquí, Cortázar nos abre las puertas del Club de la Serpiente, y empezamos a conocer a poco a los notables personajes que componen este delicado collage. Cada uno presenta cismas para el Club que contribuyen a reflejar diferentes posturas sobre un mismo tema. De igual manera, nos introduce por primera vez de lleno al tema del Arte, una de las constantes más firmes y controversiales de toda la novela. Por supuesto que valdrá la pena hacer una entrada con todo esto, pero conforme se mueva la trama, iremos profundizando en temas muy específicos. Aquí viene una pequeña frase que vale la pena que el lector la subraye, la marque de alguna manera pues resulta ser de vital importancia como introducción a lo que de fondo representa la forma del libro. Descubrir el método antiexplicatorio, que ese te quie-ro te quie-ro fuese el cubo de la rueda. Este libro se trata de eso, de descubrir un método antiexplicatorio tal que se pueda rebelar el cubo que es la rueda.

El capítulo siguiente, el 104, es simplemente breve, y en menos de tres párrafos, en menos de ocho líneas, nos deja una de las interrogantes más grandes de la filosofía, de la metafísica y de tantas otras disciplinas: La vida es...

El capítulo 10 es precisamente la pequeña introducción hacia uno de los mundos más recurrentes del bagaje cortaziano: el jazz. Lo que hay alrededor de esa noche de escuchar jazz, lo que hay en el debate entre los dos muertos, el piano cualquiera, los tres o veinticinco minutos, la corneta y la noche futura en Paris.

El capítulo 65 es una ficha modelo del Club sobre Ossip Gregorovius. Es un personaje con una capacidad intelectual acorde a los requisitos del Club, pero con una personalidad un poco frágil pues no es capaz de ser como Oliveira, y, hasta cierto punto, anhela esa personalidad además de que anhela a la mujer de Oliveira: la Maga. Esto es importante, pues en el siguiente capítulo 11 se ve claramente que Gregorovius intenta conocer a la Maga, quitar ese velo que sólo Oliveira a logrado atravesar, pero Horacio sabe que la Maga no lo dejará, que lo ve como un inteligente pero estúpido Ossip, esperanzado en una extraña pero interesante perspectiva de amor. Esto se repetirá en capítulos siguientes con aun más obviedad.

El último capítulo de la entrada, el 136, es de un capítulo que vale la pena ser recordado. Me costaría explicar la publicación, en un mismo libro, de poemas y de una denegación de la poesía... y esto es precisamente lo que es Rayuela, un libro donde nace una novela y se niega la novela al mismo tiempo, un libro donde nace el método antiexplicatorio desde el método explicatorio, donde la literatura se recrea desde ella misma como un fénix, que para renacer es necesario que muera. Por todo esto, Cortázar ha escrito una verdadera joya.

Espero que esto sea de su agrado y sigo abierto a cualquier comentario o sugerencia, asi como el debate de las ideas aquí expuestas. Me despido esperando sigan con la lectura para la próxima entrada del Jueves 10 de Junio. Espero puedan acompañarme en esta maravillosa e interminable aventura a través del diario de un muerto y de las notas de un prelado amigo mío...

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