Aquí está el Tercer Número del Análisis de Rayuela. En esta ocasión, empezaremos por el capítulo nueve. Aquí, Cortázar nos abre las puertas del Club de la Serpiente, y empezamos a conocer a poco a los notables personajes que componen este delicado collage. Cada uno presenta cismas para el Club que contribuyen a reflejar diferentes posturas sobre un mismo tema. De igual manera, nos introduce por primera vez de lleno al tema del Arte, una de las constantes más firmes y controversiales de toda la novela. Por supuesto que valdrá la pena hacer una entrada con todo esto, pero conforme se mueva la trama, iremos profundizando en temas muy específicos. Aquí viene una pequeña frase que vale la pena que el lector la subraye, la marque de alguna manera pues resulta ser de vital importancia como introducción a lo que de fondo representa la forma del libro. Descubrir el método antiexplicatorio, que ese te quie-ro te quie-ro fuese el cubo de la rueda. Este libro se trata de eso, de descubrir un método antiexplicatorio tal que se pueda rebelar el cubo que es la rueda.
El capítulo siguiente, el 104, es simplemente breve, y en menos de tres párrafos, en menos de ocho líneas, nos deja una de las interrogantes más grandes de la filosofía, de la metafísica y de tantas otras disciplinas: La vida es...
El capítulo 10 es precisamente la pequeña introducción hacia uno de los mundos más recurrentes del bagaje cortaziano: el jazz. Lo que hay alrededor de esa noche de escuchar jazz, lo que hay en el debate entre los dos muertos, el piano cualquiera, los tres o veinticinco minutos, la corneta y la noche futura en Paris.
El capítulo 65 es una ficha modelo del Club sobre Ossip Gregorovius. Es un personaje con una capacidad intelectual acorde a los requisitos del Club, pero con una personalidad un poco frágil pues no es capaz de ser como Oliveira, y, hasta cierto punto, anhela esa personalidad además de que anhela a la mujer de Oliveira: la Maga. Esto es importante, pues en el siguiente capítulo 11 se ve claramente que Gregorovius intenta conocer a la Maga, quitar ese velo que sólo Oliveira a logrado atravesar, pero Horacio sabe que la Maga no lo dejará, que lo ve como un inteligente pero estúpido Ossip, esperanzado en una extraña pero interesante perspectiva de amor. Esto se repetirá en capítulos siguientes con aun más obviedad.
El último capítulo de la entrada, el 136, es de un capítulo que vale la pena ser recordado. Me costaría explicar la publicación, en un mismo libro, de poemas y de una denegación de la poesía... y esto es precisamente lo que es Rayuela, un libro donde nace una novela y se niega la novela al mismo tiempo, un libro donde nace el método antiexplicatorio desde el método explicatorio, donde la literatura se recrea desde ella misma como un fénix, que para renacer es necesario que muera. Por todo esto, Cortázar ha escrito una verdadera joya.
Espero que esto sea de su agrado y sigo abierto a cualquier comentario o sugerencia, asi como el debate de las ideas aquí expuestas. Me despido esperando sigan con la lectura para la próxima entrada del Jueves 10 de Junio. Espero puedan acompañarme en esta maravillosa e interminable aventura a través del diario de un muerto y de las notas de un prelado amigo mío...
Un espacio que propone romper las barreras entre la realidad, el sueño y una taza de café
lunes, 7 de junio de 2010
jueves, 3 de junio de 2010
Rayuela: Capítulos 5,81,74,6,7,8,93,68
Primero que nada, una disculpa, el día de ayer no me encontraba en condiciones de escribir la reseña, pero con el retraso de un día, aquí está lo prometido, el segundo número de esta publicación.
Una vez introducidos los personajes, el capítulo cinco nos presenta el amor que existe entre Oliveira y la Maga. Me atrevo a usar amor en lugar de relación, por lo que se vendrá desarrollando en toda la obra. En este capítulo empieza el juego de espacios que será una de las constantes a lo largo de esta obra transgresora del orden tradicional. En un capítulo muy particular posterior se reproducirá este mismo capítulo como en forma de espejo, siendo uno de los ejemplos más claros en cuanto a las formas innovadoras de Cortázar.
El breve capítulo 81 trae un doble significado, tanto en el ñambito de las relaciones interpersonales, como de la misma obra contemporanea. El capítulo 74 nos presenta a Morelli, quien nos habla del inconformista, es decir, del mismo Cortázar. Quizá valga la pena que el lector marque este capítulo y que, después de leer toda la novela completa, regrese al capítulo mencionado para corroborar todo lo que dice, estoy completamente seguro de que lo disfrutará.
El capítulo 6 vuelve a centrarse en Oliveira y la Maga, dándonos más material para conocer su relación. El capítulo 7 es, en cambio, un capítulo simplemente soberbio. Para todos los enamorados, Cortázar nos enseña una carta entre amantes, una carta que hace sonrojar y vibrar todas las fibras del corazón, convirtiéndose entonces, en uno de los mejores capítulos de todo el libro, dejándo de lado su corta extensión. El capítulo 8 es sólo una fotografía más de la Maga y Oliveira, pero que permite conocer aún más a estos dos.
El 93 trae una de las frases más hermosas del libro, un capítulo que empieza con Pero el amor, esa palabra, y que, a escasa distancia de un párrafo, nos dice: Sacás una idea de ahí, un sentimiento del otro estante, los atás con ayuda de palabras, perras negras, y resulta que te quiero. Total parcial: te quiero. Total general: te amo.. El último capítulo 68, se los dejo de regalo, porqué también nos enseña mucho del estilo muy personal de Cortázar.
Nuevamente les dejo abierta la oportunidad a comentar y debatir sobre lo aquí expuesto, con el objetivo de mejorar este blog. Para la próxima entrada, se verán nuevos capítulos y la escribiré el próximo Lunes 7 de Junio.
Me despido con la cita del capítulo 7: Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera...
Una vez introducidos los personajes, el capítulo cinco nos presenta el amor que existe entre Oliveira y la Maga. Me atrevo a usar amor en lugar de relación, por lo que se vendrá desarrollando en toda la obra. En este capítulo empieza el juego de espacios que será una de las constantes a lo largo de esta obra transgresora del orden tradicional. En un capítulo muy particular posterior se reproducirá este mismo capítulo como en forma de espejo, siendo uno de los ejemplos más claros en cuanto a las formas innovadoras de Cortázar.
El breve capítulo 81 trae un doble significado, tanto en el ñambito de las relaciones interpersonales, como de la misma obra contemporanea. El capítulo 74 nos presenta a Morelli, quien nos habla del inconformista, es decir, del mismo Cortázar. Quizá valga la pena que el lector marque este capítulo y que, después de leer toda la novela completa, regrese al capítulo mencionado para corroborar todo lo que dice, estoy completamente seguro de que lo disfrutará.
El capítulo 6 vuelve a centrarse en Oliveira y la Maga, dándonos más material para conocer su relación. El capítulo 7 es, en cambio, un capítulo simplemente soberbio. Para todos los enamorados, Cortázar nos enseña una carta entre amantes, una carta que hace sonrojar y vibrar todas las fibras del corazón, convirtiéndose entonces, en uno de los mejores capítulos de todo el libro, dejándo de lado su corta extensión. El capítulo 8 es sólo una fotografía más de la Maga y Oliveira, pero que permite conocer aún más a estos dos.
El 93 trae una de las frases más hermosas del libro, un capítulo que empieza con Pero el amor, esa palabra, y que, a escasa distancia de un párrafo, nos dice: Sacás una idea de ahí, un sentimiento del otro estante, los atás con ayuda de palabras, perras negras, y resulta que te quiero. Total parcial: te quiero. Total general: te amo.. El último capítulo 68, se los dejo de regalo, porqué también nos enseña mucho del estilo muy personal de Cortázar.
Nuevamente les dejo abierta la oportunidad a comentar y debatir sobre lo aquí expuesto, con el objetivo de mejorar este blog. Para la próxima entrada, se verán nuevos capítulos y la escribiré el próximo Lunes 7 de Junio.
Me despido con la cita del capítulo 7: Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera...
martes, 1 de junio de 2010
Oryx y Crake: La distopía en la biotecnología.
"Todo un hito en la ficción especulativa, comparable a La naranja mecánica y Un mundo feliz. Atwood se supera a sí misma." Así reza la contraportada de la primera edición en español de esta novela, publicada por Ediciones B. Debo de admitir que me costó mucho trabajo conseguir este libro, pues tardé varias librerías del Distrito para encontrarla. Una edición que realmente vale la pena, porqué la traducción del inglés no defrauda al buen gusto.
Regresando a la cita con la que empecé la entrada, creo primero que La naranja mecánica deja mucho que desear como novela, mientras que la película presenta tramas muy diferentes a las de la novela de Atwood. Por el otro lado, Un mundo feliz es realmente un ícono de las distopías literarias, y pese al excelente trabajo de Atwood, no se le puede comparar a la gran obra de Huxley.
Atwood nos presenta un mundo desolado, donde la soledad en la que habita Hombre de las Nieves es una constante irrevocable. Conforme va avanzando la obra, Atwood nos presenta a Jimmy, a Crake y a Oryx. También nos presenta una sociedad con avances tecnológicos sorprendentes, sobre todo en el área de la biotecnología. El crecimiento de órganos para transplante, el desarrollo de híbridos y de nuevas formas de alimentación, además de soluciones biotecnológicas a problemas ambientales resultan una intrigante de un texto que tiene bases científicas sólidas.
A través de un mundo donde la tecnología representa (erróneamente, a mi entender) al progreso, Atwood nos presenta una serie de crisis de valores, donde esa ética se encuentra destruída y pisoteada, donde la distinción entre la gente de los complejos y de las plebillas resultaba interesante: mientras en los complejos, la vida parecía ir avanzando hacia la resolución de todos los problemas, las plebillas no parecían diferir mucho de lo que es nuestro mundo actual, convirtiendo a la novela en una posibilidad escalofriantemente tangible.
Conforme el trama avanza, el lector se va adentrando más y más en este mundo de fantazía, ciencia-ficción y realidad. Temas como la ética, la naturaleza humana, la ciencia y su progreso, el uso de los avances científicos, la inmortalidad, la búsqueda de un Dios o una deidad hacen de la lectura algo realmente agradable. Con el próposito de no vendérles trama, dejaré que ustedes lo lean, pues a mi parecer presenta un final para el plano del pasado muy adecuado, con una vertiginosidad exquisita.
Creo que esta novela representa un gran trabajo tanto de investigación como de redacción artisticoliteraria. Definitivamente, un trabajo que es recomendable desde todos los sentidos y que, como la mayoría de las novelas utópicas (llámese Un mundo feliz, llámese 1984, llámese Una investigación filosófica), deja un profundo reflexionar sobre el camino actual de la humanidad y las consecuencias que podría tener el mismo si no hay cuidado con las decisiones que se toman.
Nuevamente, invito a todos los lectores a dejar sus dudas, comentarios y opiniones dentro del blog, con el objeto de mejorar este espacio.
Sin más que decir, me despido invitando a que lean mañana la Segunda Publicación del Análisis de Rayuela, que incluirá uno de los mejores capítulos (según mi humilde opinión) del libro.
Joetich
Regresando a la cita con la que empecé la entrada, creo primero que La naranja mecánica deja mucho que desear como novela, mientras que la película presenta tramas muy diferentes a las de la novela de Atwood. Por el otro lado, Un mundo feliz es realmente un ícono de las distopías literarias, y pese al excelente trabajo de Atwood, no se le puede comparar a la gran obra de Huxley.
Atwood nos presenta un mundo desolado, donde la soledad en la que habita Hombre de las Nieves es una constante irrevocable. Conforme va avanzando la obra, Atwood nos presenta a Jimmy, a Crake y a Oryx. También nos presenta una sociedad con avances tecnológicos sorprendentes, sobre todo en el área de la biotecnología. El crecimiento de órganos para transplante, el desarrollo de híbridos y de nuevas formas de alimentación, además de soluciones biotecnológicas a problemas ambientales resultan una intrigante de un texto que tiene bases científicas sólidas.
A través de un mundo donde la tecnología representa (erróneamente, a mi entender) al progreso, Atwood nos presenta una serie de crisis de valores, donde esa ética se encuentra destruída y pisoteada, donde la distinción entre la gente de los complejos y de las plebillas resultaba interesante: mientras en los complejos, la vida parecía ir avanzando hacia la resolución de todos los problemas, las plebillas no parecían diferir mucho de lo que es nuestro mundo actual, convirtiendo a la novela en una posibilidad escalofriantemente tangible.
Conforme el trama avanza, el lector se va adentrando más y más en este mundo de fantazía, ciencia-ficción y realidad. Temas como la ética, la naturaleza humana, la ciencia y su progreso, el uso de los avances científicos, la inmortalidad, la búsqueda de un Dios o una deidad hacen de la lectura algo realmente agradable. Con el próposito de no vendérles trama, dejaré que ustedes lo lean, pues a mi parecer presenta un final para el plano del pasado muy adecuado, con una vertiginosidad exquisita.
Creo que esta novela representa un gran trabajo tanto de investigación como de redacción artisticoliteraria. Definitivamente, un trabajo que es recomendable desde todos los sentidos y que, como la mayoría de las novelas utópicas (llámese Un mundo feliz, llámese 1984, llámese Una investigación filosófica), deja un profundo reflexionar sobre el camino actual de la humanidad y las consecuencias que podría tener el mismo si no hay cuidado con las decisiones que se toman.
Nuevamente, invito a todos los lectores a dejar sus dudas, comentarios y opiniones dentro del blog, con el objeto de mejorar este espacio.
Sin más que decir, me despido invitando a que lean mañana la Segunda Publicación del Análisis de Rayuela, que incluirá uno de los mejores capítulos (según mi humilde opinión) del libro.
Joetich
miércoles, 26 de mayo de 2010
Rayuela 76,1,2,116,3,84,4 y 71
Como fue prometido, inciaré el estudio de una de las grandes obras de toda la literatura, para mi gusto, la mejor. Se trata de Rayuela de Julio Cortázar. Hablar de Julio Cortázar es hablar de un genio en la literatura, es hablar de Morelli, es hablar de un hombre que se justifica por si mismo, cuya literatura encierra una interminable ensalada de ideas, y propuestas, y premisas. Es por esto que trataré de hacer un análisis digno del autor en cuestión, a pesar de que apenas es la segunda leída que le doy a la novela.
Empiezo por el capítulo 73, el cual me parece una manera excelsa de iniciar esta obra. Sí, pero quién nos curará del fuego sordo, del fuego sin color que corre al anochecer por la rue de Huchette, saliendo de los portales carcomidos, de los parvos zaguanes, del fuego sin imagen... una manera de iniciar el libro donde habla de un fuego falto de sonido, color e imagen, aquel que ardé hasta calcinar y que es, en realidad, la misma obra. Después, trata sobre la literatura, y las dicotomías, para terminar resumiendo en la lucha entre la Gran Costumbre y la Gran Tura, donde en medio hay un Gran Tornillo, y el Yin, y el Yang, y Morelli, y la Maga, y el Club, y Montevideo, y Paris, y Buenos Aires, y todo lo demás.
En resumen, Cortázar nos acerca a lo que será este maravilloso viaje a través de una de las mejores novelas de la historia. Durante los siguientes dos capítulos, el 1 y el 2, nuestro autor nos introduce con Oliveira, Lucía, Etiene, Ossip, Ronald, Babs y el resto de los personajes que a poco irán apareciendo en toda la trama de la novela. En el capítulo que sigue, el 116, llega el que es, quizá uno de los personajes más importantes: Morelli, quien nos introduce uno de los primeros conceptos importantes: Es un error postular un tiempo histórico absoluto. Creo necesario hacer una nueva pausa aquí para recalcar este punto, donde hay que estar totalmente alerta en los capítulos de la secuencia acerca de esta violación deliberada a la naturaleza narrativa tradicional, pues el tiempo se vuelve una serie de fotos sobre un filme.
Los siguientes capítulos, 3, 84, 4 y 71 se dedica a iniciarnos en lo que es el Club de la Serpiente, los involucrados, algunos temas tratados con superficialidad y sirve de preparación para toda la maravillosa narrativa que se vendrá desenvolviendo a lo largo de la obra.
Creo necesario que, a partir del capítulo 5, haga yo una nueva entrada, pues la novela da un giro que es necesario separar de la introducción al libro. Para la siguiente entrada, incuiré los capítulos 5, 81, 74, 6, 7, 8, 93 y 68, en el orden mencionado. Para todos aquellos que quieran acompañarme en la aventura de leer esta magnífica obra de arte, los invito a que logren llegar hasta ese capítulo para el próximo Miércoles 2 de Junio.
A propósito de la entrada que acaban de leer, cualquier duda, comentario o sugerencia serán bienvenidos con el propósito de complementar y mejorar este espacio.
Sin más que decir, me despido con esta cita: Cuántas veces me pregunto si esto no es más que escritura, en un tiempo en que corremos al engaño entre ecuaciones infalibles y máquinas de conformismos.
Joetich
Empiezo por el capítulo 73, el cual me parece una manera excelsa de iniciar esta obra. Sí, pero quién nos curará del fuego sordo, del fuego sin color que corre al anochecer por la rue de Huchette, saliendo de los portales carcomidos, de los parvos zaguanes, del fuego sin imagen... una manera de iniciar el libro donde habla de un fuego falto de sonido, color e imagen, aquel que ardé hasta calcinar y que es, en realidad, la misma obra. Después, trata sobre la literatura, y las dicotomías, para terminar resumiendo en la lucha entre la Gran Costumbre y la Gran Tura, donde en medio hay un Gran Tornillo, y el Yin, y el Yang, y Morelli, y la Maga, y el Club, y Montevideo, y Paris, y Buenos Aires, y todo lo demás.
En resumen, Cortázar nos acerca a lo que será este maravilloso viaje a través de una de las mejores novelas de la historia. Durante los siguientes dos capítulos, el 1 y el 2, nuestro autor nos introduce con Oliveira, Lucía, Etiene, Ossip, Ronald, Babs y el resto de los personajes que a poco irán apareciendo en toda la trama de la novela. En el capítulo que sigue, el 116, llega el que es, quizá uno de los personajes más importantes: Morelli, quien nos introduce uno de los primeros conceptos importantes: Es un error postular un tiempo histórico absoluto. Creo necesario hacer una nueva pausa aquí para recalcar este punto, donde hay que estar totalmente alerta en los capítulos de la secuencia acerca de esta violación deliberada a la naturaleza narrativa tradicional, pues el tiempo se vuelve una serie de fotos sobre un filme.
Los siguientes capítulos, 3, 84, 4 y 71 se dedica a iniciarnos en lo que es el Club de la Serpiente, los involucrados, algunos temas tratados con superficialidad y sirve de preparación para toda la maravillosa narrativa que se vendrá desenvolviendo a lo largo de la obra.
Creo necesario que, a partir del capítulo 5, haga yo una nueva entrada, pues la novela da un giro que es necesario separar de la introducción al libro. Para la siguiente entrada, incuiré los capítulos 5, 81, 74, 6, 7, 8, 93 y 68, en el orden mencionado. Para todos aquellos que quieran acompañarme en la aventura de leer esta magnífica obra de arte, los invito a que logren llegar hasta ese capítulo para el próximo Miércoles 2 de Junio.
A propósito de la entrada que acaban de leer, cualquier duda, comentario o sugerencia serán bienvenidos con el propósito de complementar y mejorar este espacio.
Sin más que decir, me despido con esta cita: Cuántas veces me pregunto si esto no es más que escritura, en un tiempo en que corremos al engaño entre ecuaciones infalibles y máquinas de conformismos.
Joetich
miércoles, 12 de mayo de 2010
Sonidos del 16 de abril
Para cerrar este maravilloso concierto, esta entrada es dedicada a las últimas dos obras de la noche. La primera fue el Movimiento Circular para Piano, Clarinete y Orquesta de Cesare Valentini. Cabe mencionar que el mismo Valentini estuvo presente en la Sala para interpretar la parte del piano. Esta obra esta inspirada en lo que supone ser la muerte del escritor francés Antonie de Saint-Exupéry a manos de Horst Rippert, piloto de la Luftwaffe durante la Segunda Guerra Mundial.
Esta obra, sin duda una de las composiciones más modernas, y representa parte de las nuevas vanguardias a las cuales tiende la composición. Quizá, lo más interesante de esta obra es el hecho de que el pianista interactua con nuevas posibilidades del piano, pues prescinde en ciertos pasajes de tocar con las teclas, y usa un pequeño pedazo de madera para percutir o frotar las cuerdas y, en otras ocasiones, sus propias manos. Resulta interesante cuando se alcanza a percibir el débil sonido producido, como un murmullo musical que entra y toca, en cierta manera, algunas fibras sensibles. Fuera de esto, la obra nos ofrece muy poco, pues se queda a medio camino entre innovar y mantener una línea ya explorada. Parece ser una obra que queda entre un camino conocido y un camino por conocer y que, al momento de ir abriendo la vereda, se pierde y se termina por difuminar en lo que parece, en ciertos momentos de la obra, un caos. Es cierto que, hasta ciierto punto, el caos es parte de lo que Valentini desea mostrar, pero resulta ser tan poco coherente que cae en una paradoja que por pasajes resulta intrépida y absorbente y, en otros, aburrida, monótona y falta de idea.
Probablemente, la presencia de Antonello Pellegrini deslució aún más la obra de Valentini. La interpretación que el italiano tuvo rayó en lo lamentable, pues en reiteradas ocasiones parecía fuera de tiempo, de idea, y con una técnica en la boquilla que dejaba mucho que desear. Un sonido repleto de aire donde las notas parecían aplastadas y forzadas, dando una impresión auditiva increíblemente más caótica, donde el movimiento perdía forma. Definitivamente, una obra que tanto en forma como en interpretación quedó muy corta.
Después de esta pieza, la OSEM coronó su participación interpretando la Suite del "Sueño de una Noche de Verano", Op. 21 y Op. 61 de Mendelssohn. Y me atrevo a usar la palabra "coronar" pues pareció ser una obra inbterpretada con idea,k coherencia y pleno sentido musical. Creo que Maurizio Colasanti logró guiar de una manera bastante agradable a los maestros para crear Música de un nivel bastante agradable, aunque no llegó a ser magistral. La Obertura inicia con notas aisladas que, poco a poco, y a través de legatos, van fundiendose en una mezcla que explota a la majestuosidad. La melodía nos lleva por una línea explosiva y violenta, donde hay una agresividad ensombrecida por notas que asemejan los límites tonales menores, hasta que toda esta energía termina y pasamos a un pasaje de calma, una tranquilidad que llega a ser inquietante, pero termina por extinguirse y, como el fénix, el tema renace con esa vigorosidad ya antes escuchada, donde los legatos y estacatos parecen jugar en el mismo patio, dando como resultado una deliciosa combinación con fuerza y grosor, como unos niños jugando y saltando en un parque. Para cerrar esta parte, Mendelssohn nos hace el favor de matar la agresividad mediante los alientos que crean un puente melancólico al que se uniran las cuerdas para terminar de apagar este movimiento.
El scherzo se nos presenta con una violencia muy singular, pues parece estar envuelta en una oscuridad invencible, donde el autor juega en el límite con notas rápidas. Esta línea evoluciona y se contorciona hasta transformarse en círculos conéntricos que giran para ir de afuera hacia adentro y luego de adentro hacia afuera, y todo vuelve a comenzar. Despues de un breve pasaje donde parece asomarse una alegría casi imperceptible, el movimiento nos lleva a un misticismo donde la oscuridad, el deseo y una alegría nocturna se mezclan y entrelazan a manera de sonidos en forma de escalas y escalas en forma de tonalidades menores.
El nocturno parece ser una noche agitada, las notas se defroman en curvas que modifican la percepción auditiva. Despues de este pasaje, la noche se condensa en un silencio donde el chelo parece llevar el último destello de vida en lo que ahora es una noche apagada, donde el chelo sale del pequeño pueblo y se encamina a un valle, donde la picardía musical permite subir hasta llegar a una intensidad sonora alta y despues, bajar, como el final del sueño, de una carrera, antes de la aurora que parece ser, inevitablemente, parte del ciclo.
El intermezzo nos regala algo diferente, una solemnidad que parece estar soportada por los alientos de madera y, después por cada una de las diferentes secciones de la orquesta. Sin embargo, pasados algunos momentos, la majestuosidad que venía imponiendose se ve degradada en una oscuridad que poco a poco se convierte en la constante de la Suite. El Intermezzo sigue evolucionando donde el resplandor de los alientos pelea con pasajes graves, como una pincelada de claroscuro musical. Al poco, la majestuosidad regresa y termina como corona de la orquesta, cuando el tema regresa y toma posesión de la sala para morir, paradójicamente, con una nota sostenida y un arpegio, a la señal de Colasanti.
Y, como finale, Mendelssohn nos regala la marcha nupcial, una obra que mezcla la solemnidad, la fuerza y la alegría en una sustancia auditiva única, como un abanico de los colores más bellos y resplandecientes de las pinceladas musicales. Un movimiento que, sin duda, destaca por su contraste y la fuerza que hay en él. Los alientos brillan cual Sol, las percusiones dan fuerza y solidez a la obra mientras las cuerdas se encargan de llevar al espectador a un recorrido por la sala de coronación. Después, aparece el trio poco conocido, pero que nos permite descansar en dos octavas diferentes y, cuando todo parece indicar que la oscuridad regresará, la marcha reaparece como tema principal hasta llevarnos a un descanso, propio del sueño, donde hay una vertiginosidad silenciosa, donde en momentos se anuncia el renacer del tema, que se presenta con variación, para dar paso a notas en diferentes octavas. La oscuridad vuelve a hacerse presente en el momento en el que se omiten los alientos, y el finale llega como inesperado pero no sorprendente, donde la orquesta da la pauta para el fin de la Suite.
Cabe mencionar que la mayoría de los directores italianos que han estado en la magna sala Felipe Villanueva han dejado un buen sabor de boca, y Maurizio Colasanti no fue la excepción. Llegó y logró darle una dinámica diferente a los maestros, creando un concepto interesante, sobre todo en la última obra. La ovación del público creo fue merecida.
Ya para finalizar esta entrada, nuevamente invito, cualquier queja, duda y comentario, espero que puedan escribirlas aquí, con el único propósito de hacer de este espacio un lugar que ofrezca cada vez más calidad.
Espero poder llevarles las próximas y últimas dos fechas de la Temporada 115, donde el repertorio parece ser de la suficiente calidad, esperemos que no nos defraude. Y a todos los que hacemos del arte una forma única e irrepetible de vida, un saludo.
Joetich
Esta obra, sin duda una de las composiciones más modernas, y representa parte de las nuevas vanguardias a las cuales tiende la composición. Quizá, lo más interesante de esta obra es el hecho de que el pianista interactua con nuevas posibilidades del piano, pues prescinde en ciertos pasajes de tocar con las teclas, y usa un pequeño pedazo de madera para percutir o frotar las cuerdas y, en otras ocasiones, sus propias manos. Resulta interesante cuando se alcanza a percibir el débil sonido producido, como un murmullo musical que entra y toca, en cierta manera, algunas fibras sensibles. Fuera de esto, la obra nos ofrece muy poco, pues se queda a medio camino entre innovar y mantener una línea ya explorada. Parece ser una obra que queda entre un camino conocido y un camino por conocer y que, al momento de ir abriendo la vereda, se pierde y se termina por difuminar en lo que parece, en ciertos momentos de la obra, un caos. Es cierto que, hasta ciierto punto, el caos es parte de lo que Valentini desea mostrar, pero resulta ser tan poco coherente que cae en una paradoja que por pasajes resulta intrépida y absorbente y, en otros, aburrida, monótona y falta de idea.
Probablemente, la presencia de Antonello Pellegrini deslució aún más la obra de Valentini. La interpretación que el italiano tuvo rayó en lo lamentable, pues en reiteradas ocasiones parecía fuera de tiempo, de idea, y con una técnica en la boquilla que dejaba mucho que desear. Un sonido repleto de aire donde las notas parecían aplastadas y forzadas, dando una impresión auditiva increíblemente más caótica, donde el movimiento perdía forma. Definitivamente, una obra que tanto en forma como en interpretación quedó muy corta.
Después de esta pieza, la OSEM coronó su participación interpretando la Suite del "Sueño de una Noche de Verano", Op. 21 y Op. 61 de Mendelssohn. Y me atrevo a usar la palabra "coronar" pues pareció ser una obra inbterpretada con idea,k coherencia y pleno sentido musical. Creo que Maurizio Colasanti logró guiar de una manera bastante agradable a los maestros para crear Música de un nivel bastante agradable, aunque no llegó a ser magistral. La Obertura inicia con notas aisladas que, poco a poco, y a través de legatos, van fundiendose en una mezcla que explota a la majestuosidad. La melodía nos lleva por una línea explosiva y violenta, donde hay una agresividad ensombrecida por notas que asemejan los límites tonales menores, hasta que toda esta energía termina y pasamos a un pasaje de calma, una tranquilidad que llega a ser inquietante, pero termina por extinguirse y, como el fénix, el tema renace con esa vigorosidad ya antes escuchada, donde los legatos y estacatos parecen jugar en el mismo patio, dando como resultado una deliciosa combinación con fuerza y grosor, como unos niños jugando y saltando en un parque. Para cerrar esta parte, Mendelssohn nos hace el favor de matar la agresividad mediante los alientos que crean un puente melancólico al que se uniran las cuerdas para terminar de apagar este movimiento.
El scherzo se nos presenta con una violencia muy singular, pues parece estar envuelta en una oscuridad invencible, donde el autor juega en el límite con notas rápidas. Esta línea evoluciona y se contorciona hasta transformarse en círculos conéntricos que giran para ir de afuera hacia adentro y luego de adentro hacia afuera, y todo vuelve a comenzar. Despues de un breve pasaje donde parece asomarse una alegría casi imperceptible, el movimiento nos lleva a un misticismo donde la oscuridad, el deseo y una alegría nocturna se mezclan y entrelazan a manera de sonidos en forma de escalas y escalas en forma de tonalidades menores.
El nocturno parece ser una noche agitada, las notas se defroman en curvas que modifican la percepción auditiva. Despues de este pasaje, la noche se condensa en un silencio donde el chelo parece llevar el último destello de vida en lo que ahora es una noche apagada, donde el chelo sale del pequeño pueblo y se encamina a un valle, donde la picardía musical permite subir hasta llegar a una intensidad sonora alta y despues, bajar, como el final del sueño, de una carrera, antes de la aurora que parece ser, inevitablemente, parte del ciclo.
El intermezzo nos regala algo diferente, una solemnidad que parece estar soportada por los alientos de madera y, después por cada una de las diferentes secciones de la orquesta. Sin embargo, pasados algunos momentos, la majestuosidad que venía imponiendose se ve degradada en una oscuridad que poco a poco se convierte en la constante de la Suite. El Intermezzo sigue evolucionando donde el resplandor de los alientos pelea con pasajes graves, como una pincelada de claroscuro musical. Al poco, la majestuosidad regresa y termina como corona de la orquesta, cuando el tema regresa y toma posesión de la sala para morir, paradójicamente, con una nota sostenida y un arpegio, a la señal de Colasanti.
Y, como finale, Mendelssohn nos regala la marcha nupcial, una obra que mezcla la solemnidad, la fuerza y la alegría en una sustancia auditiva única, como un abanico de los colores más bellos y resplandecientes de las pinceladas musicales. Un movimiento que, sin duda, destaca por su contraste y la fuerza que hay en él. Los alientos brillan cual Sol, las percusiones dan fuerza y solidez a la obra mientras las cuerdas se encargan de llevar al espectador a un recorrido por la sala de coronación. Después, aparece el trio poco conocido, pero que nos permite descansar en dos octavas diferentes y, cuando todo parece indicar que la oscuridad regresará, la marcha reaparece como tema principal hasta llevarnos a un descanso, propio del sueño, donde hay una vertiginosidad silenciosa, donde en momentos se anuncia el renacer del tema, que se presenta con variación, para dar paso a notas en diferentes octavas. La oscuridad vuelve a hacerse presente en el momento en el que se omiten los alientos, y el finale llega como inesperado pero no sorprendente, donde la orquesta da la pauta para el fin de la Suite.
Cabe mencionar que la mayoría de los directores italianos que han estado en la magna sala Felipe Villanueva han dejado un buen sabor de boca, y Maurizio Colasanti no fue la excepción. Llegó y logró darle una dinámica diferente a los maestros, creando un concepto interesante, sobre todo en la última obra. La ovación del público creo fue merecida.
Ya para finalizar esta entrada, nuevamente invito, cualquier queja, duda y comentario, espero que puedan escribirlas aquí, con el único propósito de hacer de este espacio un lugar que ofrezca cada vez más calidad.
Espero poder llevarles las próximas y últimas dos fechas de la Temporada 115, donde el repertorio parece ser de la suficiente calidad, esperemos que no nos defraude. Y a todos los que hacemos del arte una forma única e irrepetible de vida, un saludo.
Joetich
sábado, 24 de abril de 2010
En honor al libro
Ayer 23 de Abril fue el Dia del Libro. En honor a eso, y ya que la lista sobre los 10 mejores libros ya la dí, ahora daré la lista sobre los 10 mejores cuentos a mi parecer:
1.-La noche boca arriba-Julio Cortázar
2.-En memoria de Paulina-Adolfo Bioy Casares
3.-Entre tus dedos helados-Fransisco Tario
4.-"El cuento del payaso que sueña"-Michael Ende
5.-La luz es como el agua-Gabriel García Márquez
6.-El cisne-Roald Dahl
7.-El cohete-Ray Bradbury
8.-Su último saludo en el escenario-Arthur Conan Doyle
9.-El juego más peligroso-Richard Connell
10.-To build a fire-Jack London
Empezando por la posición diez, "To build a fire" es un cuento corto donde London nos retrata de una manera sutil y bastante real el conflicto entre los instintos y la razón. Un hombre y un perro estando en situaciones extremas, enfrentándose a las inclemencias de la naturaleza y cometiendo ciertos actos en busca de la supervivencia. Este cuento, para quienes lo hayan leído, plantea esa gran interrogante: en situaciones extremas, que te hará sobrevivir, ¿la razón o tus instintos?; y una que es todavía más impactante: si elegiste antes los instintos, ¿es la razón lo que hace al humano la especie superior? Son estos planeteamientos los que ponene el relato de London en el top ten.
Después viene Richard Connell con su cuento "El juego más peligroso". Este es increíblemente entretenido, aunque es de los cuentos más largos, la historia plantea situaciones muy entretenidas e interesantes, además de presentar una temática sobre el cazador y la presa, la relación que, gracias a lo planteado por Connell, es tan cambiante como extraña. La dinámica tan escalofriante y aventurera nos transporta por una historia muy agradable y bastante recomendable.
El puesto ocho es ocupada por el último relato corto de Holmes. Conan Doyle escribe una obra que culmina con la historia de este célebre personaje. El cuento es una típica muestra de la ya conocida genialidad de Holmes, pero es su impportancia histórica al ser el último relato corto de Holmes lo que le permite entrar en la octava posición.
La séptima casilla la ocupa Bradbury con su cuento "El cohete". Para la explicación de este cuento, es necesario mencionar un poco del contexto. Pertenece a la cuentinovela "El hombre ilustrado", donde Bradbury nos presenta muchas de las facetas más deplorables de la raza humana. Pero después de enseñarnos toda la mierda a la que puede llegar la humanidad, nos presenta este cuento totalmente esperanzador, donde nos muestra el último rayo de esperanza. Debo de confesar que este cuento me hizo llorar por las fibras tan sensibles que toca la narración.
La sexta casilla la ocupa el cuento "El cisne" de Roald Dahl. Este cuento es totalmente curely despiadado, y al igual que "El cohete", toca fibras muy sensibles dentro del alma humana. Dahl nos presenta unos niños muy nobles, pero al mismo tiempo otros muy crueles y, al confrontar a sus dos personajes, el resultado es terriblemente fatídico. El final es tan inhumano que, un servidor, aún después de casi dos meses de haberlo leído le duele aceptar el final, y me deprime.
Llegamos a los cinco mejores cuentos con García Márquez. Este cuento nuevamente involucra niños, pero ahora dentro de un contexto del realismo mágico. Un cuento que se situa en una epoca como la nuestra, nos deja conocer parte de la genialidad latinoamericana. Es un cuento que nos deja volar la imaginación para despues decirnos que la imaginación es la realidad. La imaginación construye la realidad, quiza no una realidad tan mágica como normalmente crean los niños, pero una realidad que termina siendo como todo, una accidente de la imaginación.
El cuarto cuento es del alemán Ende. Este cuento no tiene un título propiamente, sino pertenece a la cuentinovela "El espejo en el espejo", siendo el penúltimo relato del libro. Este cuento es desolador, confuso y, al mismo tiempo, revelador. Como la mayoría de los cuentos de Ende, este relato nos plantea donde está el límite entre la realidad y el sueño, hasta donde el sueño es más caótico que la realidad o la realidad mas caótica que el sueño. Y lo más importante, ¿realmente vivimos la vida y soñamos sueños, o vivimos un sueño y soñamos la vida?
La medalla de bronce se la lleva un mexicano, Fransisco Tario. Este cuento es, sin duda, otro gran representante de la ruptura entre realidad y sueño. Distinguir entre el sueño y la realidad es algo muy difícil, pues el sueño presenta cosas demasiado reales, y la realidad cosas demasiado oníricas hasta llegar a un punto donde se distinguen dos planos en un mismo nivel de objetividad y subjetividad. En entradas posteriores, haré una explicación más amplia y detallada del cuento.
La medalla de plata es para un argentino, Adolfo Bioy Casares. "En memoria de Paulina" es un cuento donde se presenta una narrativa donde el realismo mágico vuelve a ser la constante latinoamericana. Al igual que García Márquez y Tario, Casares nos presenta algo que suena tan cotidiano, pero se ve envuelto en una burbuja de misticismo hasta que, tras encuentros con recuerdos y fantasmas, Casares parece plantearnos una posibilidad lógica que explica su historia, pero al final, es un final tam abierto como probable. Amor, realidad y celos, una historia que puede ser tanto para románticos empedernidos, como para lúgubres deprimidos.
El podium una vez más es para el argentino Julio Cortázar. "La noche boca arriba" es un cuento que se crea y justifica por sí mismo. Los juegos de palabras, las figuras literarias, las temáticas y hasta los más mínimos detalles hacen de este relato corto una obra maestra. Faltarían muchísimas líneas para comentar este cuento y, aún así, no agotaríamos el texto, por lo que también tendrá su propia entrada en breve. Mientras tanto, invito a que puedan leer este cuento, para que, al momento de analizarlo, no exista ningún problema y el debate pueda ser amplio y rico en contenido.
Una vez más, invito a mis lectores a comentar sobre cualquier duda, sugerencia, inconfromidad o cualquier otra cosa que merezca ser mencionada. Esta lista fue hecha en base al limitado acervo literario que poseo, pero si alguno gusta sugerir algún cambio, su comentario será bienvenido.
Esperando la próxima entrada sobre música, me despido dejando a consideración la siguiente frase que es parte de la temática que tratan varios de los cuentos: "Nuestra realidad la construimos con lo que soñamos"
Joetich
1.-La noche boca arriba-Julio Cortázar
2.-En memoria de Paulina-Adolfo Bioy Casares
3.-Entre tus dedos helados-Fransisco Tario
4.-"El cuento del payaso que sueña"-Michael Ende
5.-La luz es como el agua-Gabriel García Márquez
6.-El cisne-Roald Dahl
7.-El cohete-Ray Bradbury
8.-Su último saludo en el escenario-Arthur Conan Doyle
9.-El juego más peligroso-Richard Connell
10.-To build a fire-Jack London
Empezando por la posición diez, "To build a fire" es un cuento corto donde London nos retrata de una manera sutil y bastante real el conflicto entre los instintos y la razón. Un hombre y un perro estando en situaciones extremas, enfrentándose a las inclemencias de la naturaleza y cometiendo ciertos actos en busca de la supervivencia. Este cuento, para quienes lo hayan leído, plantea esa gran interrogante: en situaciones extremas, que te hará sobrevivir, ¿la razón o tus instintos?; y una que es todavía más impactante: si elegiste antes los instintos, ¿es la razón lo que hace al humano la especie superior? Son estos planeteamientos los que ponene el relato de London en el top ten.
Después viene Richard Connell con su cuento "El juego más peligroso". Este es increíblemente entretenido, aunque es de los cuentos más largos, la historia plantea situaciones muy entretenidas e interesantes, además de presentar una temática sobre el cazador y la presa, la relación que, gracias a lo planteado por Connell, es tan cambiante como extraña. La dinámica tan escalofriante y aventurera nos transporta por una historia muy agradable y bastante recomendable.
El puesto ocho es ocupada por el último relato corto de Holmes. Conan Doyle escribe una obra que culmina con la historia de este célebre personaje. El cuento es una típica muestra de la ya conocida genialidad de Holmes, pero es su impportancia histórica al ser el último relato corto de Holmes lo que le permite entrar en la octava posición.
La séptima casilla la ocupa Bradbury con su cuento "El cohete". Para la explicación de este cuento, es necesario mencionar un poco del contexto. Pertenece a la cuentinovela "El hombre ilustrado", donde Bradbury nos presenta muchas de las facetas más deplorables de la raza humana. Pero después de enseñarnos toda la mierda a la que puede llegar la humanidad, nos presenta este cuento totalmente esperanzador, donde nos muestra el último rayo de esperanza. Debo de confesar que este cuento me hizo llorar por las fibras tan sensibles que toca la narración.
La sexta casilla la ocupa el cuento "El cisne" de Roald Dahl. Este cuento es totalmente curely despiadado, y al igual que "El cohete", toca fibras muy sensibles dentro del alma humana. Dahl nos presenta unos niños muy nobles, pero al mismo tiempo otros muy crueles y, al confrontar a sus dos personajes, el resultado es terriblemente fatídico. El final es tan inhumano que, un servidor, aún después de casi dos meses de haberlo leído le duele aceptar el final, y me deprime.
Llegamos a los cinco mejores cuentos con García Márquez. Este cuento nuevamente involucra niños, pero ahora dentro de un contexto del realismo mágico. Un cuento que se situa en una epoca como la nuestra, nos deja conocer parte de la genialidad latinoamericana. Es un cuento que nos deja volar la imaginación para despues decirnos que la imaginación es la realidad. La imaginación construye la realidad, quiza no una realidad tan mágica como normalmente crean los niños, pero una realidad que termina siendo como todo, una accidente de la imaginación.
El cuarto cuento es del alemán Ende. Este cuento no tiene un título propiamente, sino pertenece a la cuentinovela "El espejo en el espejo", siendo el penúltimo relato del libro. Este cuento es desolador, confuso y, al mismo tiempo, revelador. Como la mayoría de los cuentos de Ende, este relato nos plantea donde está el límite entre la realidad y el sueño, hasta donde el sueño es más caótico que la realidad o la realidad mas caótica que el sueño. Y lo más importante, ¿realmente vivimos la vida y soñamos sueños, o vivimos un sueño y soñamos la vida?
La medalla de bronce se la lleva un mexicano, Fransisco Tario. Este cuento es, sin duda, otro gran representante de la ruptura entre realidad y sueño. Distinguir entre el sueño y la realidad es algo muy difícil, pues el sueño presenta cosas demasiado reales, y la realidad cosas demasiado oníricas hasta llegar a un punto donde se distinguen dos planos en un mismo nivel de objetividad y subjetividad. En entradas posteriores, haré una explicación más amplia y detallada del cuento.
La medalla de plata es para un argentino, Adolfo Bioy Casares. "En memoria de Paulina" es un cuento donde se presenta una narrativa donde el realismo mágico vuelve a ser la constante latinoamericana. Al igual que García Márquez y Tario, Casares nos presenta algo que suena tan cotidiano, pero se ve envuelto en una burbuja de misticismo hasta que, tras encuentros con recuerdos y fantasmas, Casares parece plantearnos una posibilidad lógica que explica su historia, pero al final, es un final tam abierto como probable. Amor, realidad y celos, una historia que puede ser tanto para románticos empedernidos, como para lúgubres deprimidos.
El podium una vez más es para el argentino Julio Cortázar. "La noche boca arriba" es un cuento que se crea y justifica por sí mismo. Los juegos de palabras, las figuras literarias, las temáticas y hasta los más mínimos detalles hacen de este relato corto una obra maestra. Faltarían muchísimas líneas para comentar este cuento y, aún así, no agotaríamos el texto, por lo que también tendrá su propia entrada en breve. Mientras tanto, invito a que puedan leer este cuento, para que, al momento de analizarlo, no exista ningún problema y el debate pueda ser amplio y rico en contenido.
Una vez más, invito a mis lectores a comentar sobre cualquier duda, sugerencia, inconfromidad o cualquier otra cosa que merezca ser mencionada. Esta lista fue hecha en base al limitado acervo literario que poseo, pero si alguno gusta sugerir algún cambio, su comentario será bienvenido.
Esperando la próxima entrada sobre música, me despido dejando a consideración la siguiente frase que es parte de la temática que tratan varios de los cuentos: "Nuestra realidad la construimos con lo que soñamos"
Joetich
viernes, 16 de abril de 2010
Sobre palabras y sonidos
Lamento en gran manera no haber escrito las entradas prometidas, pero nuevamente surge un tema del cual no he tratado antes y ahora abordaré. La música es, para muchos, el lenguaje universal. No importa de donde provengamos, o cual sea nuestro trasfondo cultural, a través de ella se pueden entender muchas ideas y sentimientos propios de la naturaleza humana. También se define como el único arte que puede ser entendido y apreciado en toda su magnitud sin tener muchas de las bases teóricas que si son necesarias al momento de la creación musical, ya sea como compositor o como intérprete.
Pese a esto, creo necesario abrir un debate sobre algunas obras, donde se puedan proporcionar algunos datos que el público no académico pueda haber pasado por alto. La obra que reseñaremos hoy fue la interpretada por la Orquesta Sinfónica del Estado de México el Viernes 16 de Abril, Obertura "La Forza del Destino" de Giuseppe Verdi. La Orquesta, en esta ocasión, estuvo bajo la dirección del italiano Maurizio Colasanti. Este gran director tiene en su curriculum algunas de las orquestas más representativas, no sólo de su natal Italia, sino de varias partes de Europa y América. Con sólo 44 años, ya es un reconocido director especializado en repertorio del periodo romántico hasta el contemporáneo. "La Forza del Destino" es una de las oberturas más famosas de Verdi. Comienza con golpeteos de los alientos con un poco de fuerza, para pasar a unos violines con unos legatos increíblemente bien desarrollados, que permiten iniciar con el misticismo que envolverá esta obra. Al poco, nuestras flautas, clarinetes y oboes se encargan de relajar un poco el ambiente que se había generado, mientras nuestras cuerdas los acompañan con pizzicatos para pasar a una mezcla deliciosa y tranquila entre el clarinete y el arpa. Después de este pasaje reconfortante, las trompetas, trombonoes y tubas regresan, dándole fuerza y énfasis a la pieza de Verdi, y pasado no mucho tiempo, los violines se suman y son los encargados de fortalezer esta música electrizante. El siguiente pasaje nos presenta un destino más majestuoso, en el cual, las secciones de cuerdas se encargan de llevar el manejo melódico de la fuerza sonora a la solemnidad. Una vez terminado el pasaje, la orquesta nos trasnporta a un escenario más violento, donde las notas confluyen en golpes sonoros de una violencia única pero exquisita, en la que permanecen un momento para llegar a un pequeño pasaje ligeramente más alegre, pero donde el tiempo aparenta languidecer ante semejante contraste de matices. Todo un genio musical. Y para coronar tan maravilloso trabajo, estos efectos comienzan a evolucionar, como una curva creciente, hacia un "finale" lleno de vigor, fuerza, entereza y seguridad, terminando en notas con calderón, que al movimiento de la mano de Colasanti, callaron para dar paso a la merecida ovación del público asistente.
Creo que esta obra es todo un desafio por lo que implica la interpretación de Verdi, además del peso que implica representar semejante tema metafísico a través de la Música. El destino como algo violento, como algo mágico, como algo desconocido, como algo alegre, como algo majestuoso y, finalmente, como algo que inevitablemente llegará a su fin. La interpretación de la orquesta pareció bastante agradable, logrando combinar los matices y fraseos de una forma bastante atinada. Para aquellos que no conozcan la obra y no hayan tenido la oportunidad de asistir al concierto, dejó aquí el siguiente link con una interpretación de la misma obra: http://www.youtube.com/watch?v=3gCCL7raR34
Como ya es costumbre, cualquier duda, comentario o sugerencia que tengan serán bienvenidas y tomadas en cuenta. Por lo pronto, la siguiente reseña de Música será sobre la Sinfonía No. 1 de Sergio Réndine, otro italiano, cuyo trabajo fue interpretado essa misma noche bajo la dirección de Colasanti.
Esperando crezca cada vez más el número de lectores, las ideas de las palabras, y el alma de los sonidos...
Joetich
Pese a esto, creo necesario abrir un debate sobre algunas obras, donde se puedan proporcionar algunos datos que el público no académico pueda haber pasado por alto. La obra que reseñaremos hoy fue la interpretada por la Orquesta Sinfónica del Estado de México el Viernes 16 de Abril, Obertura "La Forza del Destino" de Giuseppe Verdi. La Orquesta, en esta ocasión, estuvo bajo la dirección del italiano Maurizio Colasanti. Este gran director tiene en su curriculum algunas de las orquestas más representativas, no sólo de su natal Italia, sino de varias partes de Europa y América. Con sólo 44 años, ya es un reconocido director especializado en repertorio del periodo romántico hasta el contemporáneo. "La Forza del Destino" es una de las oberturas más famosas de Verdi. Comienza con golpeteos de los alientos con un poco de fuerza, para pasar a unos violines con unos legatos increíblemente bien desarrollados, que permiten iniciar con el misticismo que envolverá esta obra. Al poco, nuestras flautas, clarinetes y oboes se encargan de relajar un poco el ambiente que se había generado, mientras nuestras cuerdas los acompañan con pizzicatos para pasar a una mezcla deliciosa y tranquila entre el clarinete y el arpa. Después de este pasaje reconfortante, las trompetas, trombonoes y tubas regresan, dándole fuerza y énfasis a la pieza de Verdi, y pasado no mucho tiempo, los violines se suman y son los encargados de fortalezer esta música electrizante. El siguiente pasaje nos presenta un destino más majestuoso, en el cual, las secciones de cuerdas se encargan de llevar el manejo melódico de la fuerza sonora a la solemnidad. Una vez terminado el pasaje, la orquesta nos trasnporta a un escenario más violento, donde las notas confluyen en golpes sonoros de una violencia única pero exquisita, en la que permanecen un momento para llegar a un pequeño pasaje ligeramente más alegre, pero donde el tiempo aparenta languidecer ante semejante contraste de matices. Todo un genio musical. Y para coronar tan maravilloso trabajo, estos efectos comienzan a evolucionar, como una curva creciente, hacia un "finale" lleno de vigor, fuerza, entereza y seguridad, terminando en notas con calderón, que al movimiento de la mano de Colasanti, callaron para dar paso a la merecida ovación del público asistente.
Creo que esta obra es todo un desafio por lo que implica la interpretación de Verdi, además del peso que implica representar semejante tema metafísico a través de la Música. El destino como algo violento, como algo mágico, como algo desconocido, como algo alegre, como algo majestuoso y, finalmente, como algo que inevitablemente llegará a su fin. La interpretación de la orquesta pareció bastante agradable, logrando combinar los matices y fraseos de una forma bastante atinada. Para aquellos que no conozcan la obra y no hayan tenido la oportunidad de asistir al concierto, dejó aquí el siguiente link con una interpretación de la misma obra: http://www.youtube.com/watch?v=3gCCL7raR34
Como ya es costumbre, cualquier duda, comentario o sugerencia que tengan serán bienvenidas y tomadas en cuenta. Por lo pronto, la siguiente reseña de Música será sobre la Sinfonía No. 1 de Sergio Réndine, otro italiano, cuyo trabajo fue interpretado essa misma noche bajo la dirección de Colasanti.
Esperando crezca cada vez más el número de lectores, las ideas de las palabras, y el alma de los sonidos...
Joetich
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